miércoles, 10 de junio de 2015

NICOLO SACCONE, INMIGRANTE NACIDO EN ALCARA LI FUSI, NOS CUENTA SU HISTORIA.




Nuestro socio Nicolo Saccone nació en 1939 en Alcara Li Fusi, localidad italiana de la provincia de Messina, en la región de Sicilia.

Hace 33 años, tuvo que subirse a un barco junto a toda su familia para comenzar una nueva vida en la República Argentina. Llegó a nuestro país junto a sus padres, sus dos hermanos mayores, y el menor, que tenía tan sólo 14 años.


ALCARA LI FUSI

Nicolo revive sus recuerdos a través de una fotografía de Alcara Li Fusi, y nos cuenta lo hermoso que es el paisaje del lugar donde nació. Recuerda que es una zona rica en cursos de agua, atravesada por el río Romero que, con su gran corriente fue labrando un profundo valle, y dividió la ciudad en dos partes. Alcara también estaba ligada a la agricultura y al pastoreo, y era una ciudad muy rica en flora. Los invitamos a recorrer Alcara Li Fusi en este video:



VIDA EN ARGENTINA

¿Qué edad tenía cuando tuvo que emigrar de Italia?
Tenía 18 años y, cuando llegué a Rosario, cumplí los 19.

¿De qué vivió su familia cuando llegó a nuestro país?
Mi padre estaba imposibilitado de trabajar, mi madre era ama de casa, así que los hijos éramos los que trabajábamos. Mi hermano mayor trabajaba en Acindar; el que le seguía, estaba en el depósito de una empresa metalúrgica llamada Siderca; yo era transportista, y mi hermano más chico se encargaba de una verdulería que le había puesto su suegro.

¿Para qué empresa trabajó usted?
Yo empecé a trabajar con un paisano, repartiendo vinos. Después pasé por varias empresas: La Maravilla Rosarina SRL, Transportes Azul y El Turista.





















Niccolo Saccone, un inmigrante siciliano nacido en Alcara Li Fusi.

¿Tuvo otros empleos además de transportista?
No, yo me jubilé de camionero, toda la vida trabajé de lo mismo. Tenía dos patrones que eran hermanos, uno mejor que el otro; tenían un solo camión, que era el que manejaba yo, y después muchos fleteros. En el verano me tocaba trabajar en el norte, porque era la temporada de la sandía. Empezaba en la provincia de Formosa, después iba a Clorinda, de ahí al Chaco, sobre el Río Bermejo – que divide Formosa con el Chaco -; llegaba hasta Pampa del Indio, donde un productor me cargaba todas las sandías. Luego continuaba mi viaje a La Salada, en San Roque, provincia de Corrientes; de ahí a Esquina, Concordia, Chivilcoy… un año terminé recién en abril de hacer todo ese recorrido buscando sandías.

¿Tuvo accidentes en el camino?
Si bien es un trabajo peligroso, nunca me pasó nada grave; yo era muy tranquilo, viajaba solo, me acostaba a dormir cuando quería, a las 3 o 4 horas me levantaba, caminaba un poco.

Mi viaje más difícil fue en 1972. En ese momento trabajaba para El Turista, había que hacer un viaje a Comodoro Rivadavia, y yo fui el único que quiso ir, porque había que tener mucho, mucho cuidado en una bajada llamada Ferré, que eran 46 km en una carretera de cornisa. Igualmente, no tenía miedo, me gustaban los lugares jodidos, era un desafío, porque ser chofer no es solamente conducir, sino saber arreglárselas cuando hay un problema.

LA FAMILIA

¿Cómo conoció a su esposa?
La conocí por un hermano de mi suegro. Un día fui a visitar al hermano de mi suegro, que vivía a una cuadra de mi casa, y ella estaba ahí. Cuando yo me fui, le preguntó a su tío por mí. A todo esto, yo ya estaba medio entreverado con los camiones…

¿Tiene hijos?
Tengo dos hijas mujeres, una vive acá, y la otra hace 15 años que está viviendo en España.

Siendo tan demandante el trabajo de camionero, ¿le costó estar lejos de su familia?
No, realmente no, porque estaba acostumbrado. A mi me gustaba viajar, no me importaba el destino. Recorrí toda la República Argentina. Estuve 40 años manejando camiones, y para mí fueron 40 días.

A mis hijas les dije desde el principio que no esperaran mucha atención de mí, porque yo trabajaba para darles todo lo que necesitaban, pero las tenía que criar la madre. A veces yo estaba durmiendo, y me llamaban de golpe que tenía que ir a auxiliar un camión de verduras, por ejemplo. Una semana estuve 3 días sin dormir.

Si usted vivía prácticamente arriba del camión, ¿el dinero que ganaba se lo dejaba a su familia?
Le dejaba un poco a mi señora, y el resto me lo guardaba la empresa para la cual trabajaba.

ALCARA LI FUSI EN ROSARIO

“Trabajé hasta los 52 años como camionero, hasta que murieron mis patrones. Después abrimos la Mutual Alcara Li Fusi, con Tere (refiriéndose a Teresa Orifici, la Presidenta de la Asociación Mutual). Yo me había jubilado, y quería devolverle algo a la sociedad que tanto me había dado a mí y a mi familia. El 70% de los alcareses que vinieron a Argentina, se quedaron en Rosario, y el resto en Buenos Aires. También hay algunos en Formosa, y otros en Mendoza”, cuenta Nicolo.

Si bien Nicolo Saccone nunca pudo regresar a su ciudad natal, dice que se conforma con haber podido conocer todas las provincias de Argentina, y que siempre está el proyecto de visitar Alcara Li Fusi.

Por el momento, está muy contento con el crecimiento constante y productivo de la Mutual AMSALF, así como también de haber podido formar una familia, y haber tenido un trabajo apasionante.

PERIODISTA: Ma.Virginia Sánche

FDUENTE: ( http://diarioelsiciliano.com.ar)

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